Comenzaron en la época de los romanos, por sus múltiples propiedades relajantes. Actualmente, siguen siendo populares como actividad recreativa y por sus beneficios medicinales. Hoy en el blog, conoce el origen de las termas y sus curiosidades.
A finales del siglo V a.C, las termas ya existían. En las antiguas villas romanas los baños termales se llamaban Balmes y si eran públicos Thermae. En Roma, al igual que en la civilización griega, se construyeron estancias destinadas a los baños termales. Además de las finalidades de limpieza y relajación, se le agregaban las propiedades curativas de las aguas termales.
A finales del imperio, Roma tenía 11 baños públicos y más de 830 termas privadas.
De dónde surgen
Las aguas termales surgen de capas subterráneas de la tierra, que están a mayor temperatura. Por su procedencia, están llenas de minerales como azufre y distintos sulfatos. La mayoría de las veces, estas aguas se encuentran en fallas o grietas de las capas subterráneas.
Beneficios medicinales
Bañarse en termas trae múltiples beneficios para la salud. Ciertas enfermedades de la piel, como la psoriasis o la dermatitis se calman en contacto con aguas de este tipo. Esto, por el balance de bacterias patogénicas y no patogénicas que ocurre en la piel con el agua termal. También, los problemas musculares y articulares se benefician de estos baños gracias a las propiedades antiinflamatorias.
Algunas curiosidades
Las aguas termales no siempre son calientes como las conocemos. De hecho, la oscilación térmica de una zona de agua termal puede llegar a ser de 50 grados Celsius. Una de las termas más populares a nivel mundial están en Islandia. Es la llamada “Blue Lagoon”, que con sus aguas calipso atrae a turistas de todas partes del mundo. Para ir, hay que reservar con anticipación y puede llegar a costar hasta 98 euros por persona.